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Artículos de ciencia con chispas de chocolate

La inteligencia en el cerebro

Publicado: 22/2/2021

Autor: Paulina Vargas

La inteligencia, es uno de los conceptos abstractos que a lo largo de la existencia humana ha entrado en debate por diversas generaciones de científicos, filósofos y psicólogos. La inteligencia ha sido cuestionada sobretodo, por si se trata de una sola inteligencia la cual puede ser cuantificada, o si se trata de varias inteligencias individuales, como la inteligencia emocional, espacial, lingüística, lógico-matemática, entre muchas otras que han sido defendidas por diversos expertos en el tema. Sean una o varias inteligencias, y sean muchas las definiciones que se le han dado, la mayoría coinciden con tomar a la inteligencia como una capacidad de poder adaptarse al entorno, de poder razonar, planificar y aprender, para lograr darle un significado y resolver las situaciones del entorno.


¿En qué parte reside la inteligencia?

El origen de la inteligencia es algo aún más complejo, y de lo cual aún no se ha podido hallar una respuesta concreta al respecto. Gran cantidad de estudios neurológicos han tratado de hallar qué áreas y qué factores del cerebro son los que determinan la inteligencia en una persona, pero los resultados obtenidos han sido variantes. Se han obtenido como resultados que la inteligencia se correlaciona con el volumen de materia gris en las distintas zonas del cerebro, que se debe a la integridad de la materia blanca, que varía dependiendo del sexo siendo relacionada con las regiones parietal y frontal en los hombres y con el lóbulo frontal en las mujeres, que varía con la edad porque las proporciones del cerebro no son las mismas en todas las etapas de la vida, que se debe a la eficiencia de las áreas corticales distribuídas, entre muchas otras relaciones con las diversas partes del cerebro; sin embargo, y aunque cada uno de los resultados se relaciona con la muestra de estudio de cada investigación, no implican resultados concretos generalizados, pues tienen coeficientes de correlación bajos entre 0.15 y 0.35.

Lo único que se ha logrado concluir con la gran cantidad de resultados, es que la inteligencia no puede ser atribuida a una única región del cerebro, sino que por el contrario, abarca toda una red de regiones cerebrales distribuida por las cortezas de orden superior, también llamada red frontal parietal, la cual abarca la mayoría de las áreas previamente mencionadas.

Red frontal parietal
Red frontal parietal. Créditos de imagen: Hearne, L. J. et al. en "Functional brain networks related to individual differences in human intelligence".

Y que asimismo, la inteligencia humana no puede ser explicada únicamente por su estructura cerebral y por las áreas de activación que pueden ser observadas en una resonancia magnética. Porque si bien, el ser humano tiene una inteligencia que sobresale a comparación de los demás animales, su estructura cerebral no es tan distinta a la de otros mamíferos; el tamaño y la cantidad de neuronas en el cerebro humano no representan una relevancia evolutiva a la cual se le pueda ser atribuida nuestra inteligencia. Pues hay especies con cerebros más grandes y con mayor cantidad de neuronas que los humanos.

Luego entonces, si la inteligencia no se debe a la anatomía a gran escala del cerebro, entonces habría que analizar sus unidades más fundamentales y las conexiones que éstas tienen, refiriéndose a la sinapsis, es decir, la relación entre neuronas para el traslado de la información.


No es la cantidad sino la eficiencia

En cuestiones de inteligencia, menos es más. No se trata de la cantidad de neuronas, sino de cómo estas funcionan. Se ha comprobado que a diferencia de como se suele imaginar, no es más inteligente quien usa más el cerebro, sino quien lo usa menos, haciéndose referencia a la energía requerida para realizar un proceso cognitivo y al tiempo que éste requiere.

Algo comprobado, es que la inteligencia está relacionada a la eficiencia con la que trabaja el cerebro, es decir, que puede ser explicada en términos simples como la relación entre energía consumida y el trabajo producido. Por lo tanto, las personas más inteligentes, tienden a utilizar menos energía para su proceso sináptico, haciéndolos capaces de aprovechar de manera más eficiente su energía.

Y que también esta eficiencia está relacionada con la presencia de conexiones neuronales delgadas y más escasas, es decir, que son más inteligentes aquellos que tienen una menor cantidad de dendritas y de menor densidad en la corteza cerebral, provocando una menor actividad neuronal.

Sin embargo, las personas indistintamente de sus coeficientes intelectuales, usan en igual cantidad el cerebro, puesto que es un mito que algunos utilicen el cerebro en un porcentaje mayor que otros, sino que cada quien utiliza el 100% de sus funciones cerebrales a lo largo del día.


La inteligencia sigue teniendo varias incógnitas que la ciencia aún no ha podido concluir en su totalidad, pero si de algo se puede estar seguro es que la inteligencia se basa en gran medida de los conocimientos; es por ello, que te invitamos a seguir enriqueciendo tus conocimientos con más galletas científicas, aquí en Science Cookies.

Referencias

https://ajp.psychiatryonline.org/doi/abs/10.1176/ajp.150.1.130

https://doi.org/10.1016/j.neuroimage.2004.11.019

https://news.rub.de/english/press-releases/2018-05-17-neuroscience-smarter-brains-run-sparsely-connected-neurons

https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fnhum.2019.00044/full

https://www.nature.com/articles/nrn2793

https://www.nature.com/articles/s41467-018-04268-8

https://www.nature.com/articles/srep32328#Fig1

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