Publicado: 20/5/2021
Autor: Javier Pantoja
Nuestro sistema solar está lleno de misterios, ¿cómo se formó?, ¿qué hay en él?, ¿cómo podemos aprovechar sus recursos?, ¿cómo surgió la vida? Los asteroides que se encuentran en nuestro sistema solar pueden ser la clave para responder algunas de estas preguntas y una misión de la NASA lanzada hace 5 años pretende acercarnos a las respuestas.
La misión OSIRIS-REx (Orígenes Interpretación Espectral Identificación de Recursos Seguridad - Explorador de regolitos por sus siglas en inglés) consiste en una pequeña nave espacial que tiene el objetivo de viajar a un asteroide cercano a la Tierra llamado Bennu y recolectar muestras para traerlas de nuevo a la Tierra y poder estudiarlas.
El nombre de la misión viene de sus objetivos, que son:
La nave de más de 7 m de largo y 2 de ancho y de 880 kg, OSIRIS-REx, fue lanzada desde cabo cañaveral con un cohete Atlas V 411 en septiembre del 2016 y orbitó el Sol durante un año para asistirse de la gravedad de La Tierra y alcanzar el asteroide Bennu.
En 2018 la nave alcanzó el asteroide y comenzó un escaneo de su superficie para identificar los potenciales sitos de recolección de muestras. Este proceso duró un año, hasta que finalmente se acerco al asteroide para recoger las muestras utilizando el TAGSAM.
El TAGSAM (Mecanismo de Adquisición de Muestras Tocar-E-Irse por sus siglas en inglés) es un brazo robótico articulado diseñado específicamente para esta tarea. En octubre de 2020 se obtuvo confirmación de que las muestras habían sido recogidas con éxito. Se recolectaron al menos 60 g del material y se colocaron en la cápsula, la capacidad máxima de la cápsula es de 2000 g.
Además del TAGSAM, OSIRIS-REx también cuenta con varias cámaras, un telescopio, espectrómetros térmicos, de luz visible, infrarrojos y de rayos x, y otros instrumentos de medición que le permitieron estudiar la superficie del asteroide.
El 10 de mayo de 2021 OSIRIS-REx cambió su curso, orbitará el Sol dos veces y alcanzará la Tierra en septiembre del 2023. La cápsula, que contiene las muestras y que tiene un escudo térmico y paracaídas, se separará de la nave y entrará a la atmósfera para que pueda ser recuperada.
Después de terminar su misión principal, es posible que OSIRIS-REx se dirija a otro asteroide, ya que aun cuenta con bastante combustible a bordo. Este verano se investigará hasta qué grado esta misión extendida es posible.
Cuando se reciban las muestras, algunas se enviarán a laboratorios en otras partes del mundo, pero la mayoría se estudiarán en la NASA para poder cumplir con los objetivos de la misión. El equipo científico catalogará la muestra y realizará análisis durante dos años.
No toda la muestra se analizará en el futuro cercano, al menos el 75% de la muestra será resguardadas para próximas investigaciones alrededor del mundo e incluso para futuras generaciones de científicos.
Se espera que con los resultados de la misión se puedan (entre otras cosas): mejorar modelos teóricos y predicciones sobre las orbitas de los asteroides, ayudando a la vigilancia de los objetos cercanos a la Tierra y mejorando nuestro entendimiento de los asteroides que podrían chocar con la Tierra; confirmar y refutar técnicas de observación, una de las confirmadas es una que pudo predecir la composición y la presencia de agua en Bennu; y ayudar a los científicos a investigar como se formaron los planetas y como surgió la vida.
https://www.nasa.gov/content/osiris-rex-mission-operations
https://www.nasa.gov/mission_pages/osiris-rex/about
https://www.nasa.gov/osiris-rex
https://www.nasa.gov/press-release/nasa-s-osiris-rex-spacecraft-heads-for-earth-with-asteroid-sample
https://www.nasa.gov/sites/default/files/atoms/files/osiris_rex_factsheet5-9.pdf